Jorge, Santo
Memoria Litúrgica, 23 de abril…
Hoy también se festeja a:
- • Marolo de Milán, Santo
- • Gerardo de Toul, Santo
- • Jorge de Suelli, Santo
- • Adalberto de Praga, Santo
- • Teresa María de la Cruz (Teresa Menetti), Beata
Responder al Amor con mi amor
Santo Evangelio según San Juan 10, 22-30. Martes IV de Pascua
Por: José Torres | Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, Tú que eres el buen pastor, dame la gracia de poder seguirte en todo momento y en todo lugar. Te pido la gracia de escuchar tu voz en medio del desorden de este mundo; que en medio de tinieblas yo te siga para llegar a los verdes prados donde me haces reposar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente». Jesús les respondió: «Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy el Señor nos invita a ponernos en un lugar que en ocasiones nos cuesta mucho, que es en el lugar de dependencia, de obediencia, pero no en un sentido negativo sino de crecimiento y de seguridad de que lo que hacemos es voluntad de Dios. En este Evangelio, Cristo nos propone estar atentos a su voz, y esto significa seguir las inspiraciones que nos envía el Espíritu Santo.
La imagen de pastor es la imagen del guía y del protectorquien nos cuida. Es ésa la imagen que hoy nos muestra la liturgia de la Palabra;Él es el buen pastor que conoce sus ovejas, pero sus ovejas también lo conocen a él. Y yo, ¿se reconocer la voz del Pastor? En nuestra vida ordinaria se nos presentan un sinfín de oportunidades para escuchar la voz del Pastor que nos habla en nuestro corazón, por medio de la oración pero también a través del prójimo. Debemos descubrir y aprender a escuchar su voz.
Pongamos mucha atención a lo que Dios nos dice; pidámosle que nos enseñe cómo conocerlo más y mejor. Así como lo hacemos con nuestros amigos, de la misma forma lo debemos hacer con Cristo que ya no nos llama siervos sino amigos. Correspondamos a ese amor con la seguridad de que nadie ni nada nos podrá arrebatar de sus manos.
«Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano». ¿Quién puede hablar así? Solamente Jesús, porque la «mano» de Jesús es una sola cosa con la «mano» del Padre, y el Padre es «más grande que todos». Estas palabras nos comunican un sentido de absoluta seguridad y de inmensa ternura. Nuestra vida está totalmente segura en las manos de Jesús y del Padre, que son una sola cosa: un único amor, una única misericordia, reveladas de una vez y para siempre en el sacrificio de la cruz».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, buscaré ser dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo tratando de poner por obra lo que vivo en mi oración.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El Padre y yo somos uno
¿Cuáles son las obras que dan testimonio de nuestro ser de discípulos?
Por: Mons. Enrique Diaz |
Hechos 11,19-26: “Comenzaron a predicar a los griegos el Evangelio del Señor Jesús”
Salmo 86: “Alaben al Señor todos los pueblos. Aleluya”
San Juan 10,22-30: “El Padre y yo somos uno”
La pregunta que hacen los judíos a Jesús parece brotar del extremo del cinismo. No quieren creer en Jesús y buscan pretextos para acusarlo en lugar de buscar la verdad para creer en Él.
La respuesta de Jesús los remite a sus obras, a todo lo que ha hecho y dicho delante de ellos y de todo el pueblo. ¿Cuáles son sus obras? No es solamente dar de comer, sino hacer comer a las personas con dignidad; no es solamente defender a una mujer de los acusadores, sino hacerla que se levante y reintegre; no es solamente devolver la vista a un ciego, sino enseñarle el camino de la luz… son muchas las obras de Jesús y todas van encaminadas a dar plenitud de vida y dignidad a las personas.
Hoy debería ser igual el testimonio que diéramos sus discípulos: no solamente en palabras, no en ayudas externas, no gestos lastimeros por los más débiles, sino en una verdadera transformación de nuestro mundo y de sus estructuras. La razón y la finalidad de las obras de Jesús las expresa en este mismo texto: porque “el Padre y yo somos uno solo”. Es la última razón de todo el actuar de Jesús y debería ser la razón de actuar de nosotros los cristianos: porque tenemos un solo Padre, porque nos unimos a Jesús nuestro hermano, porque estamos guiados por un mismo Espíritu. Las otras razones, humanitarias o sociales, son muy válidas también y nos unimos a todos aquellos que luchan porque todos los hombres vivan como hermanos, pero nuestra verdadera fortaleza está en el amor que Dios nuestro Padre nos tiene, y ésta es la razón que mantiene y da vida a nuestro actuar.
Buscamos la vida eterna que de ningún modo es olvidarnos del presente, sino que es entrar desde ahora en el misterio de amor del Padre, que nos trasforma y que nos une a Jesús. Las obras de Jesús nunca fueron alienantes ni se desentienden del dolor presente en el pobre, al contrario anuncia y hace presente aquí y ahora el Reino de Dios. ¿Cuáles son las obras que dan testimonio de nuestro ser de discípulos?